sábado, 4 de junio de 2011

Absurda felicidad.

Cuando abrí mi primer blog encontré uno dedicado a estas cosas. Se llamaba cafeconlecheporfavor y tenía un toque diferente al resto de blogs dedicados a la costura. Actualizaba casi a diario y era menos ¿impersonal? La chica que escribía transmitía mucha dulzura sin resultar empalagosa y sin conocerla de nada me caía bien a través de sus letras y sus fotos. No llegué a comentar nunca, pero de alguna manera me animó a seguir cosiendo para mí y para los demás.

Hace unos días Marduk me envió un mensaje para decirme que mi blog le alegraba las mañanas en el trabajo. Además, ha comprado panamá y sólo le falta encontrar un patrón bonito para enarbolar la aguja. El mensaje me hizo ilusión y me alegró la mañana porque me gusta gustar y porque por un momento me sentí como la chica de cafeconlecheporfavor. En plan acto reflejo abrí Google para ver si aún existía y... ¡sí! pero sólo admite a lectores invitados. Con la euforia del momento estuve a punto de enviarle un mail para poder formar parte del grupo VIP, pero unos dos segundos después ya había cerrado la página. Si nunca había comentado y hacía mil años que no la visitaba me parecía bastante absurdo enviar un mail como si tal cosa. Más que parecerme absurdo me daba bastante vergüenza, para que veáis que en algunos casos la timidez no desaparece ni detrás de una pantalla.

Pero dejemos el autoescarnio y sigamos con Marduk.

Desde que yo tengo uso de razón las revistas de punto de cruz, petit point, ganchillo, patchwork, etc. han invadido, casi literalmente, mi casa. Así que encontrar un patrón que a ella le pareciera bonito era más que probable. Escogí una de las cajas llena de revistas y empecé a seleccionar cosas que podrían interesarle: conejitos, relojes de cocina, casitas inglesas, molinos holandeses y flores. De rebote, también fui apartando paragüitas y amapolas para Ardid, molinillos para Mir, posibles adornos para el árbol de Navidad y el próximo cuadro que haré en punto de cruz sí o SÍ.




Es una hoja suelta de las primeras (mini) revistas de punto de cruz que compré por y para mí. Es un patrón que me encanta y que ya he hecho. Creo que fue un regalo que hice para una de mis primas, pero tampoco lo sé con certeza. Lo que sí sé con total seguridad es que no está en mi casa y que me hace ilusión rehacerlo para quedármelo. De todas las cosas que he hecho en punto de cruz sólo tengo una y ya va tocando una segunda, ¿no?

Es muy sencillito e infatil, pero los detalles a mí me parecen una pasada:




¡Y el mejor!


Primero tengo que terminar lo que estoy haciendo para el segundo cumple de Paola, la hija de una amiga. De todas formas, espero no tardar demasiado en poder enseñarlo enmarcado y ver qué os parece :)


3 comentarios:

  1. ¡Que me parece muy mal que no le pusieses comentarios a la chica! Al menos que sepa que no habla al vacío...¿no?

    Desde que tengo uso de razón, mi madre se ha dedicado a las labores. Siempre tenía una aguja de coser, unas agujas de punto o la agujita de ganchillo (que siempre me ha encantado, por cierto). Me he criado viendo a mi madre hacer punto de cruz, revisar patrones y buscar en revistas.

    Al encontrar tu blog, la verdad es que al principio me dio palo leerlo, porque el tema no me interesa demasiado. Pero luego poco a poco, con esa forma de escribir que tienes tan natural, me gusta ir revisando qué añades. Creo que sobretodo, porque me recuerdo a la ilusión con la que mi madre empezaba una labor nueva.

    Si es que soy un sentimental...trolito...pero sentimental.

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  2. Ahhhh ¿y no buscas batidos para mi?

    Por lo demás, el diseño es muy mono, sí.

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  3. Acabo de leer este comentario. Jo, qué mono eres cuando quieres :__

    Me alegro que te guste pasar de vez en cuando, aunque el tema no sea de tus favoritos :)

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